sábado, 22 de mayo de 2010

Vigilando el antro de los asesinos

“Pero por qué decía cosas tan raras

los guardas nunca osaron preguntarle,

porque aquel a quien dieron por destino

vigilar una cárcel de desgracia,

sellar debe sus labios con cerrojos

y transformar su rostro en una máscara”

Oscar Wilde

· Vigilando el antro de los asesinos

· (La balada de la cárcel de Reading)

· Acrílico sobre lienzo. 97 x 146 cm.

· 2010