Había escrito cientos de historias antes que aquella, y sin embargo, ahí estaba, mirando la hoja en blanco sin que ninguna nueva idea le impulsara a comenzar a escribir. Rebuscó entre sus notas en busca de una antigua idea que le diese el estímulo de crear un nuevo relato. Pero la inspiración no llegaba. Miró la hoja en blanco durante horas de interminable frustración… hasta que decidió salir para despejarse.
Conocía un sitio especial, unas ruinas tomadas por la vegetación. Un lugar hermoso que siempre despertaba en él las mejores ideas. Cabizbajo, anduvo largo rato por aquel lugar tranquilo. Allí encontró un tintero de oro con un mensaje grabado:
<<Pídeme un deseo y lo verás por escrito>>
Corrió rápido de vuelta a su estudio, aferrando el tintero con fuerza, pues solo tenía un deseo: volver a escribir. Mojó la pluma en el tintero y, ahora sí, pudo ver como las palabras surgían como nunca, escribiendo el mejor texto que jamás pudo escribir.
Al terminar, repleto de emoción, volcó el tintero manchando todo aquel maravilloso texto. Ya nadie podría leerlo. Consternado, vio una nota en la base del tintero volcado, una letra pequeña que le advertía de que el deseo tendría un precio.
Y así vio, como toda su obra desaparecía y como su mente quedaba tan vacía como aquella hoja en blanco. Esa hoja que ahora reposaba en el escritorio, manchada con la tinta que ocultaba las últimas palabras de aquel escritor condenado al olvido.
Ester Salguero
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He escrito este microrrelato para participar en el microrreto del blog El tintero de Oro: https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/09/microrreto-inspiracion.html
Me gusta bastante el formato microrrelato, que permite en pocos párrafos desarrollar una historia. Leí las bases del reto cuyo tema es la inspiración, y curiosamente, pocas horas después me vino esa inspiración para escribir esta breve historia. Además hice una ilustración para acompañarla, realizada con acuarela digital.
Hacía mucho que no publicaba en este blog, ya que ahora me muevo más por redes sociales, mi portfolio o el ko-fi, pero está bien volver a darle uso para participar en este microrreto.
¡Gracias por leer!
Bonito relato.
ResponderEliminar¡Gracias Ánxela!
EliminarHola, Ester.
ResponderEliminarUn final muy interesante para este reto con maldición.
El haber sido capaz de crear una historia, pero luego perderla sin posibilidad de recuperación, es todavía más frustrante y malvado que el folio en blanco. Tu tintero también es malévolo, aunque deje al protagonista igual que estaba al principio.
La ilustración es preciosa también. Felicidades por ambos regalos.
Muchas gracias por tu participación y, ojalá, te animes y nos sigas regalando más historias y dibujos.
Un Abrazo.
Hola, Jose Antonio,
EliminarMuchas gracias, me encantará volver a participar de nuevo. Ya veré si con otro relato malévolo o diferente :).
Un abrazo.
Eso es peor que no escribir, que tu obra acabada se destruya para siempre. El dibujo es perfecto. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias, sí, quise jugar con los temores de los escritores... pobre escritor.
Eliminar¡Oooooh! Pero que tintero más cruel! Y que precio más doloroso despues de aquel derroche de inspiración! Duele al leerlo y todo, solo imaginarlo! Je, je!
ResponderEliminarEs la misma sensación supongo que cuando escribes algo que te ha gustado mucho como ha quedado y luego se borra o lo pierdes! Un abrazote!
Ese temor de perder el trabajo realizado siempre está ahí, yo siempre voy guardado copias de seguridad... y trataré de no utilizar ningún tintero dorado. Gracias por comentar. ¡Un abrazo!
Eliminar¡Hola Ester! Qué frustración que el tintero le arrebate aquello que ha creado. Estar a tan sólo un paso de ver tu obra finalizada y que al poner el último punto se destruya por un fatal accidente propiciado por el tintero.
ResponderEliminarMuy buen micro y bonita ilustración.
Un saludo.
¡Hola Rocío! Me alegra que te gusten tanto el micro como la ilustración. Este escritor quiso tomar un atajo y pagó las peores consecuencias... ¡Gracias por comentar!
Eliminareso se puede recuperar. con zumo de limón y un hornillo, se pone sobre el fuego y durante unos segundos se puede ver. se la echa una foto con las quina de retratar y listo. Lo vi en un capítulo de Poirot.
ResponderEliminarAhora vas a tener que escribir al tintero todos los meses. no podrás evitarlo.
muy chulo el dibujo!!
abrazoo
Buena solución, al menos si alguien encuentra la hoja manchada podría recuperar el último texto. Aunque... quizás sea mejor no leerlo... ¡Muchas gracias por comentar! Sí, me gustaría participar de nuevo :)
EliminarMenuda frustración, quedarse con la miel (o la tinta) en los labios.
ResponderEliminarBonita forma de regresar a tu blog. Ojalá haya vuelto a picarte el gusanillo.
Frustración total, entre no encontrar inspiración y luego no poder escribir más. Gracias, creo que sí, que volveré a usar este blog para publicar otros microrrelatos :)
EliminarHola Ester, pues te ha quedado un relato de lo más resultón, jeje. Y el dibujo muy bonito. Me ha gustado también tu explicación, cómo te surgió la inspiración y que hayas vuelto a retomar este blog. Espero que sigas escribiendo.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, muchas gracias, me alegra que te haya gustado todo. Seguiré escribiendo y creo que pronto volveré a publicar en este blog de nuevo :) Un abrazo.
Eliminar¡Hola, Ester! Estupendo microrrelato. El precio a pagar por el tintero ha sido alto, irónico y cruel. Qué sensación tan frustrante para el protagonista perder un escrito que le había hecho tan feliz cuando por fin había recuperado la inspiración.
ResponderEliminar¡Me ha encantado también la ilustración! Así me imaginaba este tintero mágico.
Gracias por participar en el reto por partida doble.
Un abrazo.
¡Hola Auxi! Me alegra que te haya gustado tanto el relato como la ilustración. Este ha sido un tintero muy cruel... le arrebató aquello que deseaba y más. Me ha encantado participar en el reto. ¡Un abrazo!
EliminarHay que tener cuidado con los tinteros, con su tendencia a volcarse, siendo escrito o dibujante. Me gustó el dibujo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy peligrosos, cierto. ¡Muchas gracias! Un abrazo.
EliminarHola Ester.
ResponderEliminar¡Vaya con el malvado tintero!
Esto es mucho peor que estar frente a la página en blanco. Porque la ilusión de haber logrado el mejor texto que jamás pudo escribir le alegró la vida. Para luego, al terminar, ver cómo se volcaba el tintero manchando todo aquel maravilloso texto. Y saber que ya nadie podría leerlo. ¡Menuda frustración!
Un saludo.
Hola, empezó frustrado sin poder escribir y acabó peor al perderlo todo. Gracias por comentar. Un saludo.
EliminarQué bueno Esther. Bonito dibujo. Un microrrelato excelente. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Nuria, me alegra que te gusten dibujo y microrrelato. Un barazo.
Eliminar¡Menuda maldición, la del tintero! Un micro estupendo, Ester. Muy agradable de leer.
ResponderEliminarmuchas gracias Marta, que bien que te resulte agradable de leer. :)
EliminarBonito dibujo y que triste perder todo lo escrito.
ResponderEliminarUn abrazo Esther
Puri
Gracias. Muy triste y cruel, el tintero le dejo sin nada. Un abrazo
Eliminar¡Vaya, perder todo su trabajo! Igual que cuando en la computadora no guardamos la copia del documento en un pendrive. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, que rabia cuando se nos pierde el trabajo. Gracias por comentar. Un abrazo
EliminarHola Ester, muy bueno tu microrrelato, me gustó, te cuento que a mi también me gusta escribir microrrelatos, son un desafío.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Hola Patricia, muchas gracias. Cierto, son un desafío por el limitado espacio, pero a le vez esa necesidad de resumir una historia en algo tan breve me resulta muy interesante. Un saludo.
EliminarEl precio fue muy alto. Alcanzar la máxima inspiración y crear algo valioso para después verlo desaparecer entre la tinta. Original propuesta que me ha gustado mucho. Muy linda ilustración. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana. Que bueno que te haya gustado el relato y la ilustración. Qué desesperación sentiría el escritor al ver perdida su gran obra...
EliminarHola Ester. Un relato que nos platea lo efímero de las cosas, en este caso la inspiración y la creación literaria del protagonista, que en un momento pasan del todo a la nada. Una metáfora de la vida misma, lo que tenemos puede transformarse en nada en un instante. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jorge, gracias por un comentario tan profundo y por encontrar esa reflexión entre mis líneas. Un abrazo.
EliminarUn placer leerte, Ester. La crueldad del tintero ha sido un precio muy caro.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias por leerme, Carmen. Un saludo.
EliminarVaya maldición que traía este Tintero. La maldición de la hoja en blanco, uff, qué terrible suena solo de pensarlo. Genial relato, Ester.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
He jugado con los terrores de los escritores, la hoja en blanco y la perdida de la obra. Gracias. Un abrazo
Eliminar¡Hola Esther? ¿El dibujo es tuyo? Muy bonito.
ResponderEliminarUna maldición que primero regala esperanzas y después frustración. ¡Uf!
Saludossss
Sí, me pareció tan inspirador el reto que participo con relato e ilustración de mi autoría. Gracias. ¡Un saludo!
EliminarVaya, que poco tiempo le duró la magia. Derramar la tinta tuvo su alto precio. Saludos!
ResponderEliminarPobre, disfrutó poco tiempo del deseo concedido. Gracias por comentar. ¡Un saludo!
EliminarHola, Ester. Vaya tintero vengativo y rencoroso el que nos presentas en tu inquietante historia, fijo que perteneció a alguien tan siniestro y oscuro que así lo maldijo.
ResponderEliminarSaludos
Hola, seguramente así fue. Viene cargado de rencor. Gracias por comentar. ¡Un saludo!
EliminarAl final el tintero supo cobrar su precio, menuda maldición, que no se pueda leer la obra. Buen relato, Ester. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Lola. Muy frustrante que después de todo no se pueda leer lo escrito. Un abrazo.
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